No es y no puede ser...

Todos tenemos nuestras metas y deseos que esperamos algún día cumplir.

¿Quién no los tiene?


Pero la vida a veces nos pone trabas y esos sueños se complican.


Entonces… ¿Qué tenemos que hacer?, ¿Sentarnos a esperar que nos venga la iluminación divina? ¿Pararnos y no seguir caminando?


Creo que no, que la solución no es esa exactamente.


Pienso que debemos luchar, pelear por aquello que merece la pena, por aquello que deseamos.


Pero no siempre ganamos la batalla, en ocasiones se pierde.


En todo combate hay vencedores y vencidos.


Cuando, después de luchar, “no es y no puede ser”, lo mejor es abandonar con toda la dignidad del mundo, cerrar esa puerta, caminar hacia delante y comenzar a abrir otra puerta.


A lo mejor en ella esté nuestra felicidad.


Sé y reconozco que cuando “no es y no puede ser”, la vida nos cambia, podremos sufrir mucho y en ocasiones nos encontraremos perdidos. Hay que pasar un duelo, pero con el tiempo se acepta y volvemos a vivir, que es de lo que se trata.


Entonces y sólo entonces podremos encontrar el “es y puede ser”

Tus recurdos

Llega la noche y con ella la soledad

Esa amiga que nunca me abandona

Tras la ventana observo la luna

Ilumina mi rostro

Ella que sabe tantos secretos

Pero calla y los guarda

Tus recuerdos acuden a mi mente

Esos que nunca me abandonan

Siempre conmigo, a mi lado

Porque no quieren dejarme sola

Al menos ellos están presentes

Porque te has ido

Porque me dejaste vacía

Preferiste otros labios

Otros besos

Otras caricias

Y ahora mi corazón te llora

Penélope...

Se quedó sentada mirando como marchaba

Su corazón poco a poco se paralizaba

Porque era mucho lo que le amaba

Su llanto mezclaba…

El escenario un andén

Paraíso del edén

Adiós le dijo sin mirar atrás

¡Espérame una vez más!

¡No escuches a los demás!

¡Volveré algún día quizás!...

Pobre infeliz

Se paró tu reloj infantil

Los años pasaban pero la esperanza no perdía

A la estación abatida acudía

Sus manos en la cara hundía

Más los trenes pasaban y él no venía…

Deja ya de tejer sueños en tu mente

Buenos días

Me pregunto qué trabajo cuesta sonreír a los demás cuando éstos lo necesitan.

Entras en el autobús, dices buenos días y algunos contestan con una leve mueca y casi sus palabras son imperceptibles.


Vas a comprar el pan y vuelves a intentarlo…”buenos días” y todos se te quedan mirando con cara de pocos amigos, como diciendo: _ serán para ti porque lo que es para mí!!! …


Y así puedes pasarte todo el día sin recibir un saludo.


Recuerdo una mañana que me llamaron por teléfono y antes de decirme nada me dijeron: _Te han dicho hoy “buenos días”. La verdad es que me quedé algo impresionada porque no estaba acostumbrada a eso.


Me dio que pensar y me decía a mi misma que son dos palabras sencillas pero que a mucha gente le cuesta trabajo arrancar de sus bocas.


No pases la mañana sin sonreír, saluda a los demás con una mueca de simpatía, intenta escuchar a quien lo necesita y ante todo piensa que los demás también somos personas.


Si estás leyendo esto por la mañana te digo: _ “BUENOS DÍAS”


Si estás leyendo esto por la tarde, te digo: _ “BUENAS TARDES”


Si estás leyendo esto por la noche, te digo: _ “BUENAS NOCHES”

Te mando mi sonrisa

Búscame

Búscame amor, amor búscame

Donde los pájaros alzan su voz

Donde las olas rompen

Donde mi luna se apaga

Allí donde los niños juegan

Allí donde nadie sabe de mí

Pero búscame amor, amor búscame

Y no te rindas, no caigas

Porque yo te amo

Porque sólo mi amor es para ti

Las tristezas ya no existen

Sólo la luz de nuestro caminar

Recuerda los besos, nuestros besos

Aquellas caricias impregnadas de amor

No te rindas, no caigas

Búscame, no ceses en hacerlo

No huyas de tus sentimientos

Mira las estrellas una a una

Estoy

Estás

Estamos

Porque te quiero

Porque te amo

Pero búscame

La adolescente

Pequeñita y alicaída

Jovencita adolescente

Nueve meses enfrente

Rota una vida

Piensa en deshacer

Sueña volver

El amor la llevó

A ese estado de preñez

Abandonando su niñez

En una noche alocada pasó

Piensa en deshacer

Sueña volver

Al espejo se asomó

Viendo ese vientre crecer

Por una noche de placer

Una lágrima escapó

Piensa en deshacer

Sueña en volver

Amanece sin bebé

Ya no está

Sola huirá

Cobarde él

El cambio

Y de pronto todo se oscureció

La luna palideció
El mar habló
Y la estrella cantó



Todo era diferente
Algo tenía en su mente




Las palabras se ocultaron
Los silencios sonaron
Sus ojos brillaron
Sus manos temblaron




Todo era diferente
Algo tenía en su mente




Una vida distinta
Una meta sucinta
Lágrimas sin tinta

La vida y Chaplin

Muchas veces nos levantamos con el tono bajo, sin ganas de nada…apenas podemos poner un pie en el suelo y queremos volver a cerrar los ojos para no darnos cuenta de que un día comienza con todo lo que conlleva….problemas, tristezas, añoranzas, melancolías.



Pero debemos levantarnos y decirnos a nosotros mismo que cada día es diferente, que quizás hoy sale el sol.


Levantarnos con alegría, cantándole a la vida…dando gracias por lo que tenemos. Porque hoy puedo mirarme al espejo, otros no pueden…porque puedo hablar, otros no pueden…porque siento, vivo, otros no pueden…porque tengo dos preciosos hijos, otros no los tienen a su lado.


Por estas y otras muchas cosas, debemos enfrentarnos a la vida con alegría y optimismo.


Si algún día caemos, lo importante es levantarnos y seguir el camino.


No podemos bajar los peldaños que ya hemos subido, un descanso en aquel escalón para coger fuerza…vale, pero nada de bajar, seguir subiendo


Os dejo algo de Chaplin, algo que me gusta mucho y quiero compartirlo con todos vosotros.


Y cuando estéis mal…pensad es esos escalones.

Sube…

Haz de los obstáculos escalones

Para aquello que quieres alcanzar.

Más no te olvides de aquellos

Que no consiguieron subir

En la escalera de la vida.

Olvido

Joan era un hombre aventurero, mágico y soñador. Le gustaba todo aquello que tuviera relación con la Naturaleza, el campo, las montañas, los acantilados…

En uno de sus paseos mañaneros por el campo encontró una ovejita la cual estaba algo herida.


Tenía una pequeña lesión en sus patitas, apenas podía caminar y allí estaba escondida, temerosa entre unos árboles, los cuales le daban sombra.


Joan la cogió y acariciándola le dio el cariño que necesitaba. Se la llevó a su casa y una vez allí, la lavó, curó y ofreció algo de hierba para que comiera. Le puso un nombre, desde ahora se llamará Luna. Ella estaba feliz.


Joan le había dado vida, sueños, ilusiones y al fin se sintió querida y valorada ya que en el campo todas sus compañeras y compañeros la despreciaban por su tara.


Hablaban, se comentaban sus cosas y ambos reían, cantaban y, alguna que otra vez, lloraban juntos.


Se hicieron inseparables y los dos tenían el cariño que necesitaban. Joan la cuidaba, protegía y no podía vivir sin ella.


Luna era dichosa, sus ojos se iluminaban de alegría y le correspondía dándole todo lo que Joan se merecía.


Un día cuando regresaba de trabajar se detuvo en una pequeña tienda de animales con el propósito de comprarle un lazo rojo y bien grande para ponérselo en su cuello.


Pero no pudo por más que echar un vistazo a un rinconcito del establecimiento donde había una perrita acostada en su camita mirándolo fijamente


La observó una y otra vez porque se había encandilado con ella. Sin pensarlo dos veces la compró.


Se la llevó a casa y allí le buscó un sitio privilegiado para dormir y comer. La llamó Jessica.


Tanto era el amor y cariño que Joan le profesaba a Jessica que la pobre ovejita se volvió a sentir sola y desprotegida, de tal manera que ya no hablaban, ni reían, ni cantaban juntos.


Sólo tenía mimos y palabras bonitas para Jessica.


Al poco tiempo la ovejita se marchó, abandonando la casa donde tan feliz había sido.


Joan estaba tan ensimismado con la perrita que ni cuenta se dió, además la ovejita no hizo ruido, se marchó en silencio y sin dejar huella.


Cuando pasaron algunos días desde su marcha, Joan empezó a echarla de menos, estaba triste y pensó que la había perdido para siempre por no haberla tratado como se merecía.


Fue entonces y sólo entonces cuando valoró lo que le faltaba, el cariño inmenso que recibía incondicionalmente. Pero ya era demasiado tarde porque Luna se marchó para siempre.


Joan nunca la olvidó y todos los días se arrepentía de lo mal que se portó y pensaba en ella continuamente.

_Perderás un diamante mientras te dedicas a buscar piedras.