A veces siente ganas de huir, especialmente cuando algo va mal, cuando se le acumulan los problemas.
Pero es complicado desaparecer sin más, sin tener una varita mágica.
Por ello se encierra en un cuarto de baño especial que tiene en la oficina, es una especie de túnel a la entrada del mismo, en otras ocasiones coge el coche y se va a un sitio solitario donde puede mirar el mar.
Pero no hace mucho, sintió esa necesidad y observó que había un armario vacío y pensó que ese era el lugar idóneo…y allí se metió sentada sobre las lozas que hacían de suelo.
Se encontró a un grillo y entablaron conversación.
Grillo_ ¿qué haces aquí?
Ella le contestó: _sssss, calla, que nadie se entere , pues descubrirán mi sitio secreto y muchos querrán venir a hacer lo mismo.
Y el grillo asombrado le dijo:_ Me parece que haces mal, lo que verdaderamente debes hacer es afrontar los problemas, dar la cara, solucionarlo si es que existe salida, pero no te puedes quedar sentada mirando cómo pasa el tiempo.
Pero no te das cuenta, dijo ella, que quiero estar sola, que quiero desaparecer por algunos minutos? Puedes dejar de dar la paliza?
El grillo seguía insistiendo una y otra vez más: _ me parece que no te das cuenta de que la vida tiene sentido si sólo tú sabes dárselo, nadie puede hacer nada por ti.
Un poco enfadada le dijo: _estoy cansada de que todo salga mal, de que mi lucha no tenga fruto, de que no haya entendimiento entre unos y otros.
Mira, le dijo el grillo, no podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener ya resueltos todos nuestros problemas…pero podemos a cada minuto mirar con ojos de amor a cada rosa. Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.
El grillo la conocía bien, ya que la venía observando desde hace tiempo y sabía que en algunos momentos quería desaparecer. Le volvió a decir: _ si tu mal tiene cura para qué te apuras y si no tiene cura para qué te apuras.
Salió de su escondite y le dijo: _ por hoy vale, me has convencido… pero no te prometo que vuelva a intentar desaparecer.
Desaparecer de vez en cuando, es decir, buscar la soledad y el silencio, es bueno; pero siempre que signifique reflexión para seguir luchando. Lo malo es cuando desaparecemos como huída, para olvidarnos de la realidad, que, mal que nos pese, seguirá ahí a nuestro regreso. Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarSabio grillo¡...y buena decision la de salir del aislamiento¡ Saludos
ResponderEliminarCuando te sientes con ganas de desaparecer, un grillo así te toca las narices.
ResponderEliminarPero anda acertado. Desapareciendo no se arreglan las cosas. Aunque sería tan estupendo...
Gracias Joan por entrar de nuevo a mi blog.
ResponderEliminarEn realidad huir no sirve de nada, pero al menos durante algunos minutos puedes reflexionar, aunque ello no significa que encuentres la solución a los problemas.
Un abrazo
Gracias ANRAFERA por entrar en mi blog y dejar tu comentatio.
ResponderEliminarSiii, sabio grillo pero también dió la paliza, jajaj.
Espero que te encuentre mejor y algo más recuperado.
Besos
Gracias Parkerazul por entrar y dejar un comentario....Sería maravilloso poder desaparecer!! A que siiiii, jajajaj
ResponderEliminarBesos
La voz de nuestra conciencia, la de ese Pepito Grillo, la voz del que mejor nos conoce que nos dice que a los problemas poco o nada resolvemos dándoles la espalda, que es mejor afrontarlos cara a cara y cuanto antes. El retiro voluntario jamás debe de ser para huir. Si acaso, para reflexionar, para bucear en nuestro interior cual sea el mejor camino a seguir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Pepe por tu comentario y esas palabra de ánimo que das.
ResponderEliminarUn abrazo
Ahhh le diré a Pepito Grillo que siga aconsejandola así de bien, vale?
Gracioso "pepito grillo". Me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mercedes
ResponderEliminarUn beso