Andaba por las calles solitarias de una ciudad cómoda y acogedora cuando se encontró con un anciano, pelo canoso y arrugas en su piel.
Se detuvo a mirarlo porque esa imagen le parecía conocida, le recordaba a alguien, alguien muy lejano pero a la vez familiar
Le preguntó dónde podía ir a comer algo. Sólo era una excusa para entablar conversación.
El anciano lo miró fijamente y le contestó: _No creo que necesites mi ayuda, tú mismo sabrás encontrar los mejores restaurantes de la ciudad.
Se quedó un poco sorprendido ante tal respuesta y volvió a insistir: _no soy de aquí, simplemente llegué a la ciudad buscando un amor, buscando a una mujer que hace años dejé y ahora, después del tiempo, me di cuenta de que es a ella a quien amo.
El anciano ni se inmutó, porque conocía toda la historia, pero le dijo tranquilamente y con voz suave: _dejaste marchar el amor cuando lo tenías en las manos, lo dejaste marchar porque te impresionaron otros cuerpos, otros rostros; no percibiste el amor, el cariño que te profesaba. Ni ideas tenías de lo mucho que ella te amaba. Sólo buscabas placer en otras, sólo tus ansías de macho te hicieron partir. ¿Sabes lo que ella pudo sufrir por ti en silencio? ¿Sabes cuánto lloró tu partida?
El hombre no daba crédito a lo que estaba escuchando, parecía conocer la historia de su vida. Le preguntó: _ ¿me conoces de algo?
El anciano bajó la cabeza y contestó: _Si, pero por lo que se ve tú no me recuerdas. Soy LA FELICIDAD, esa que un día tuviste cuando tenías relación con tu amada. ¿Es qué acaso no recuerdas que te visitaba todas las noches mientras soñabas con ella? ¿Es qué acaso no me recuerdas cuando yo te despertaba por las mañanas para irte a trabajar y salías de tu cama lleno de paz, sosiego y amor? ¿Qué vienes buscando ahora?
Medio tembloroso el hombre respondió: _Me di cuenta de que la amo, de que sin ella no puedo vivir, mis días son terribles porque la añoro, porque la echo de menos. Quiero encontrarla.
LA FELICIDAD le dijo: _estuve contigo y no quisiste tenerme, te ayudé, te aconsejé pero no me hiciste caso; vete ahora y no enturbies la vida de ella porque se acomodó en los brazos de otro y yo soy el centro de su hogar.
excelente relato. gran contenido y reflexión.
ResponderEliminarun abrazo
Duro relato.
ResponderEliminarSe recoge lo que se siembra.
Un abrazo
Princesa,
ResponderEliminarPassando para deixar um abraço apertadinho...
Nanda
Preciosa historia Princesa, con un corolario que no deja indiferente a nadie, creo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Luis.
Precioso relato que hace uno pensar ,te deseo toda clase de felicidad
ResponderEliminarUn abrazo
Una preciosa historia que a veces ocurre en la vida, tenemos nuestro amor delante y no nos damos cuenta de lo que le queremos hasta que lo perdemos, un fuerte abrazo desde Reinosa Princesa.
ResponderEliminarOlá Princesa,
ResponderEliminarQue texto mais actual e presente!
E, infelizmente, sê-lo-á presente e actual para todo o sempre.
Tantas vezes temos a Felicidade ao alcance da mão e simplesmente a desprezamos porque não nos apercebemos que ela estava ali mesmo!
E quantas, e quantas vezes, não encontramos o Amor porque nos limitamos a olhar apenas para o nosso mundo, para dentro de nós, acreditando ser o centro de tudo, quando de facto não somos nada!
E há oportunidade que não voltarão a surgir porque o vento as levou para bem longe!
Bela História!
Um abraço e até sempre,
José Gonçalves
(Guimarães)
Bonita, tierna y magistral historia Princesa, a veces, despreciamos la felicidad cuando la tenemos delante de las narices y no sabemos verla.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Pero qué bueno este microrelato Princesa, está genial. Lo que más me ha gustado ha sido el final porque me ha parecido un remate estupendo a la historia. Enhorabuena.
ResponderEliminarPrincesa, precioso relato y como dice, la felicidad no se ha de dejar nunca escapar ,pués no sabemos si volverá .
ResponderEliminarFelicidad para ti.
LA FELICIDAD le dijo: _estuve contigo y no quisiste tenerme, te ayudé, te aconsejé pero no me hiciste caso; vete ahora y no enturbies la vida de ella porque se acomodó en los brazos de otro y yo soy el centro de su hogar.
ResponderEliminarAyss, amiga, preciosa la entrada que invita a la reflexión y a darse cuenta de que hay que darse cuenta de las cosas en el momento oportuno, eso me recuerda a un proverbio árabe que dice así: "Si te detienes cada vez que un perro te ladra, nunca llegarás al final del camino".
Me ha encantado la entrada, debería de aplicarse más a menudo a la cotidianeidad.
Un abrazo lluvioso te mando amiga cercana en éste día tan.....raro, jajajaja.
Toda la vida buscando la felicidad y cuando la encuentras descubres que estaba delante de ti, y muchas veces ya es demasiado tarde, y no solo en el amor, si no en la familia o en la amistad, un amistoso saludo.
ResponderEliminarAh ¿pero existe? Yo sólo he visto momentos felices :(
ResponderEliminarJolines, qué fuerte, y pesar que esto estará pasando todos los días. O sea, que habrá un montón de gente que se dará cuenta de lo que dejó atrás, de que ese era su verdadero amor y su auténtica felicidad y no los placeres y los cuerpos más atractivos. Hoy que somos tan materialistas, imagino que esto estará a la orden del día. Una pena que no sepamos ver dónde tenemos la felicidad, aunque esté delante de nuestras narices, mas que cuando ésta ha pasado y no puede volver. Besos!
ResponderEliminarTe dejo la letra aquí. Te dejo la de J. Denver, pero no sé si te referías a la de Mocedades o a las dos al mismo tiempo. Bueno, si eso, ya me dices. Que la disfrutes!
ResponderEliminarANNIE’S SONG
John Denver
You fill up my senses
like a night in the forest,
like the mountains in springtime,
like a walk in the rain,
like a storm in the desert,
like a sleepy blue ocean.
You fill up my senses,
come fill me again.
Come let me love you,
let me give my life to you,
let me drown in your laughter,
let me die in your arms,
let me lay down beside you,
let me always be with you.
Come let me love you,
come love me again.
Let me give my life to you,
come let me love you,
come love me again.
You fill up my senses
like a night in the forest,
like the mountains in springtime,
like a walk in the rain,
like a storm in the desert,
like a sleepy blue ocean.
You fill up my senses,
come fill me again.
La felicidad ¿eso qué es?
ResponderEliminarEn fin, no seguiré, porque te pondría mal cuerpo y eso no te hace falta, que ya te bastas tu solita.
Un abrazo, guapa.
Chiquilla, jajaj, pensé que te daba pereza escribir la letra, jajaja, que no tengo la cabeza hoy para muchos miramientos Princesa!!!
ResponderEliminarEn fin, ya te la escribo traducida en un ratillo. Besos!
Hola reltih.
ResponderEliminarGracias por dejar tu comentario en este blog donde sólo intento aprender de todos vosotros. Tus palabras me animan. Gracias
Un abrazo
Exacto Mercedes, se recoge lo que se siembra...pena que no nos demos cuanta antes.
ResponderEliminarBesos
Hola Nanda, amiga
ResponderEliminarEcho en falta escritos o pensamientos en tu blog, pero esperaré.
Yo también te dejo besos y feliz resto de semana
Hola Luis
ResponderEliminarLa verdad es que mi hija necesitaba un microrelato y como me gusta escribir, que no es lo mismo que lo haga bien, pues me ofrecí a hacérselo a altas horas de la madrugada. Pero ella feliz y contenta, que es lo importante.
Besos
Hola MIESFE gracias por tus palabras. Yo también te deseo todo lo mejor del mundo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola José, espero que te haya gustado, ya, como dije antes, mi hija me la pidió y yo no pude contener las ganas de escribirla.
ResponderEliminarEfectivamente la felicidad o los momentos de felicidad lo tenemos delante nuestra y por buscar otros placeres, otras diversiones, dejamos pasar lo que realmente es bueno.
Besos
Hola Cipriano.
ResponderEliminarEs que a veces la nariz nos engaña y nos juega malas pasadas, pero sólo es cuestión de saber ver.
Besos
Holaaa Marcos
ResponderEliminarPues mira la verdad es que tenía que escribir sobre la felicidad y surgió eso. El final era el esperado, para nada ella iba a estar esperándolo a él. No crees?
Besos sinatristas...
Todos buscamos la felicidad directa o indirectamente. Desgraciadamente los hombres tenemos como unos antifaces que a veces no nos deja ver la realidad. Con el transcurrir de los años y quitándonos el antifaz algunos vemos la felicidad y otros no, pero si la ves a menudo ya es tarde. Saludos
ResponderEliminarHola Pakiba
ResponderEliminarEfectivamente la felicidad está en nuestras manos y no podemos dejarla marchar.
Besos desde esta tierra llena de luz
Hola Conchi
ResponderEliminarMe alegra tenerte por aquí porque siempre tienes buenas reflexiones y pensamientos.
Nunca había escuchado ese proverbio árabe, pero me ha gustado...hay que tenerlo en cuenta.
Gracias y besos
• La felicidad es un estado transitorio. Si pasa a nuestro lado, debemos atraparla.
• Saludos
CR & LMA
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Hola Mamé, reitero mis felicitaciones por tu cumpleaños.
ResponderEliminarY es cierto, muchas veces buscamos incansablemente la felicidad y mira por donde la tenemos delante de nuestras narices.
Nunca hay que ir más allá ni dejarnos deslumbras por cosas insignificantes.
Saludos
Alfonso, jajaj. Me lo has tiradi por tierra todo, jajaj. Es broma.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, la felicidad son sólo momentos y por ellos hay que vivir el presente.
Saludillos
Hola Jota..., jajajaj
ResponderEliminarPues si, esa felicidad a veces la dejamos escapar por cosas materiales, por insignificancias que verdaderamente no tienen ningún valor...pero así somos.
Besitos!!!
Jota, jajaja, jajajaja ya te vale chiquillo, jajjaj
ResponderEliminarNo te comento nada más. Sólo sigo riéndome de tus ocurrencias.
Besitos!!!
Parkerazul
ResponderEliminarLa felicidad no existe, son sólo momentos y tú siempre me lo dices.
Dónde estás que no te veo?
Ainsss
Besos guapa
Hola Fernando, gracias por entrar y comentar. Eso me ayuda a seguir creciendo.
ResponderEliminarLa felicidad, esa que todos buscamos y que a veces nos la encontramos ya lejos.
Muchas personas deberían quitarse esa antifaz que no les deja ver claramente lo que tienen, más cuando ya lo ven quizás sea tarde.
Besos
Hola Ñoco.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reflexión, porque ciertamente la felicidad sólo es transitoria y cuando la encontramos debemos apearnos y disfrutarla.
Besos
Ahí lo llevas, aquí te dejo la letra de la canción en español. Perdona que no te la haya dejado más rápidamente pero es que me gusta escuchar un par de programas en la TV en inglés que empiezan a partir de las once menos algo todas las noches y han acabado ahora mismo. A ver si ahora va la buena, jajaja.
ResponderEliminarANNIE’S SONG
(Traducida al español)
John Denver
Tú llenas mis sentidos
como una noche en el bosque,
como las montañas en primavera,
como un paseo bajo la lluvia,
como una tormenta en el desierto,
como un tranquilo mar azul.
Ven, déjame amarte,
déjame darte mi vida,
déjame ahogarme en tu risa,
déjame morir en tus brazos,
déjame ponerme a tu lado,
déjame estar siempre contigo.
Ven, déjame amarte,
ven a amarme otra vez.
Déjame darte mi vida,
ven, déjame amarte,
ven a amarme otra vez.
Tú llenas mis sentidos
como una noche en el bosque,
como las montañas en primavera,
como un paseo bajo la lluvia,
como una tormenta en el desierto,
como un tranquilo mar azul.
Tú llenas mis sentidos,
ven, lléname otra vez.
Gracias Jota
ResponderEliminarLa letra es muy bonita.
La leeré con atención otro día.
Besitos!!!
La felicidad tenia que ser obligatoria de por vida y sin condiciones.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Jesús
ResponderEliminarOjala fuera así, sería todo maravilloso pero la verdad es que las cosas no son de tal forma.
Tampoco creo en la felicidad continua, pero si en la lucha, en el tesón por conseguirla. Por desgracia en esta vida no podemos acomodarnos y esperar que las cosas sucedan sin más, hay que pelearlas, lucharlas.
Saludos
"Medio tembloroso el hombre respondió: _Me di cuenta de que la amo, de que sin ella no puedo vivir, mis días son terribles porque la añoro, porque la echo de menos. Quiero encontrarla"
ResponderEliminarBonito relato. Cuantas personas no encuentran o pierden el amor, quizás porque buscan o no valoran lo que es.
«Amar es encontrar en la felicidad de otr@ tu propia felicidad» Gottfried Leibniz
Si quieres que te amen, si quieres cariño, si buscas la persona adecuada solo físicamente, si buscas tu media naranja... seguramente estarás solo mucho tiempo. Aprende a amar sin esperar nada a cambio, aprende a dar cariño incluso a quien te desprecie, aprende a mirar más allá de un cuerpo o un rostro bonito (o feo), fíjate en los limones, los plátanos, todas las frutas son buenas.
Gracias por pasarte por mi blog y por hacerte seguidora de este humilde caminante. Un saludo, Ibso.
P.D.: me intereso lo que he leído así que, con tu permiso, también te seguiré durante un tiempito.
Felicidad es leer tu bonito texto que me tanto llena, felicidad es pasar por tu bello blog que me alegra, felicidad es poder seguir leyendo tus letras, felicidad es tener tu amistad.
ResponderEliminarque tengas una bonita semana.
un beso.
Hola Ibso
ResponderEliminarEncantada de tenerte por aquí. Gracias por esas palabras que dedicas a esta entrada. Intento aprender y me ayuda leeros.
Es cierto, cuando se ama de verdad lo más importante es la felicidad del otro, entonces ya podemos ser feliz.
Un saludo
Gracias Ricardo por esas palabras tan bellas.Espero seguir leyéndote y participar en tu blog.
ResponderEliminarUn beso
Anciana felicidad versus joven apetencia
ResponderEliminar¡Uff!, princesa
Dos besos
al + mc
Bello relato, Princesa. Saludos.
ResponderEliminarNunca imaginé la felcicidad personificada en un anciano, es muy curiosa tu historia.
ResponderEliminarCuántas veces pasa la felicidad por nuestro lado y dejamos que se evapore pensando en otras cosas, sin ver lo verdaderamente importante, sin reparar en lo tiene peso en nuestras vidas.
Espero que tengas un buen fin de semana
Abrazos
Hola Princesa.Muy boniro relato y su moraleja.
ResponderEliminarhay que saber amar para que la felicidad anide en nosotros, por eso muchas veces se escapa, la maltratamos .
Que pases un buen fin de semana
Con ternura
Sor.Cecilia
simplemente...¡Magistral! Una magnífica lección de vida. ¡Felicitaciones! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias "su chico" por dejar tu comentario.
ResponderEliminarNo creo que la felicidad tenga edad, es para todos igual
Dos besos
Gracias Aro, espero que te haya gustado
ResponderEliminarSólo fue un trabajo que tenía que realizar mi hija sobre la felicidad.
Saludos
Hola Jovita, espero que estés bien.
ResponderEliminarMira la teoría nos la sabemos todos de memoria pero, como bien dices, la práctica es mucho más complicada. Hay que intentarlo.
Besos guapa
Hola Javier
ResponderEliminarGracias por entrar y dejar tu comentario. Es cierto, a veces tenemos la felicidad en nuestras narices y no nos damos cuenta hasta que la perdemos.
Oído cocina, jajaja
Abrazos
Hola Sor Cecilia
ResponderEliminarQué dulzura de palabras!!! Gracias, de verdad muchas gracias por todos esos consejos.
Un abrazo
Hola Alma, gracias amiga
ResponderEliminarEspero de corazón que te haya gustado y también el mensaje que lleva encerrado.
Besos
Buenisimo,leerlo y reflexionarlo!!!
ResponderEliminarCariños
Hermoso relato, Princesa. Inconstantes, de una forma veleidosa y mundana, buscamos el placer, nos cegamos ante sucedaneos de felicidad y a veces, de forma lamentable, dejamos escapar la oportunidad de ser auténticamente felices, sin darnos cuenta de lo que perdemos.
ResponderEliminarUn abrazo.