Significado de un sueño...

Amni tenía que trasladarse a Granada para encontrarse con Ratjom, su primer novio, pues sólo contaba con veinte añitos.


Preparó bien su viaje, un viaje de ensueño porque su amor estaba condenado por la incomprensión de sus padres.


Él era musulmán y el racismo en su ciudad se hacia patente.


Tenía que coger el barco y Ratjom le esperaría al otro lado del Estrecho.


Ilusionada con su primer periplo juntos, no dejó ni una sola cuestión por arreglar.


A sus padres les había dicho que iría con una amiga a su casa.


Estaba todo en marcha, sólo esperaba la hora de embarcar.


Se acostó muy temprano para mostrar al día siguiente un rostro iluminado y brillante.


Pero le costó coger el sueño, vuelta tras vuelta le dieron las tres de la mañana sin poder pegar ojo. Nerviosa, su corazón no dejaba de latir…era su primera experiencia, su primera fuga sin que sus padres lo supieran.


Amaneció un día soleado, perfecto para coger el barco, sin brumas ni mareas.


Se despidió de ellos con un poco de congoja, pues en el fondo se sentía culpable por esa mentira piadosa. Agarró las maletas y se marchó.


Cuando iba a coger el taxi recordó que no llevaba el billete y regresó para recogerlo; al poco y, teniendo ya todo lo preciso, fue hacia la calle Real donde había una parada de taxis, pero no había ninguno disponible. Empezó a agobiarse, el tiempo se le echaba encima, pero por más que miraba no aparecía nadie por allí. Pensó mejor ir andando y así lo hizo a paso ligero. A medio trayecto se encontró con una manifestación de basureros que le impedían el paso. Miró la hora y sólo le quedaban treinta minutos para llegar hasta el puerto.


Más nerviosa aún discutió con uno de los manifestantes pero no arregló nada, sólo que le encrespara más los nervios. Dio media vuelta y fue por otra ruta, algo más larga pero no había nada más que hacer.


Por más que corría los minutos pasaban mas aprisa que ella, no entendía nada, pero ya sólo le quedaban quince minutos y no veía la hora de llegar. Sudando y acalorada no paraba de correr mientras el corazón le latía fuertemente.


Cuando ya vislumbraba el puerto y debido a la carrera que llevaba se cayó al doblársele un tobillo, se apresuró a levantarse pero casi no podía caminar y la gente, con toda su buena intención le preguntaba…ella sólo quería salir corriendo, la sirena del barco comenzaba a sonar.


Pensó por un momento que todo era un sueño, eso no le podía estar pasando, seguro que se despertaría y se echaría a reír.


Difícilmente, debido al dolor que tenía en el pie, pudo llegar al barco. Menos mal se dijo así misma, sólo quedaban cinco minutos.


Le pidieron el pasaje y cuando se lo fue a entregar le informaron que tenía que confirmarlo en la entrada, en una ventanilla.


Ya era el colmo!!! No le iba a dar tiempo y así se lo hizo saber al revisor, pero éste sintiéndolo mucho le comentó que eran normas de la Naviera y dio paso a otro pasajero.


Una vez en la ventanilla volvió a escuchar la sirena , eran tres pitadas con lo cual indicaba que estaba a punto de zarpar.


Fue lo más aprisa posible pero cuando llegó vio como partía.


Las lágrimas le recorrían las mejillas, no tenía consuelo, sólo pensaba en Ratjom, en el viaje que tenían preparado, en sus ilusiones, sus sueños.


Lo había perdido, se fue, se había marchado y con él todas sus ilusiones.






P.D.-Todo fue un sueño que se repetía frecuentemente en distintas situaciones pero con la misma temática. Siempre había trabas cuando intentaba llegar a algún sitio o a alguien.