Tenía que recorrer un pasillo largo, sombrío y frío; traspasar una puerta para llegar a una sala donde había un foco de luz inmenso enganchado en el techo. Unos hombres con bata verde la aguardaban, con guantes en las manos.
Estaba asustada pero no quería demostrarlo, sólo deseaba que esa pesadilla pasara cuanto antes.
Pocos días atrás le habían anunciado que tendría que someterse a una operación. Era Navidad, las peores de toda su vida.
Una voz le dijo al oído: _ Piensa en algo que te haga muy feliz, en algo que te haga sonreír.
Así lo hizo, recreándose en la imagen de su hijo pequeño que tan sólo tenía cuatro añitos, en su sonrisa, en su dulzura angelical.
Tras retener en su mente esa instantánea, todo empezó a oscurecerse.
Se despertó en otra sala, también sombría y fría, donde se hallaba gente dormida, gente en sus camas con caras enfermizas y pálidas.
Seguía estando muy asustada y no quería dormir, deseaba estar despierta aunque sus párpados se cerraban, pero ella se aferraba y luchaba para no amodorrarse. Tenía miedo a no despertar nunca más.
Escuchaba voces lejanas sin saber de donde provenían, sentía una gran sequedad en los labios, quería hablar, gritar pero su cuerpo no se lo permitía.
Miraba a su alrededor y todo lo que veía le daba espanto. Salir de allí era su único deseo.
Sintió que algo le rozaba los labios, era un algodón impregnado en agua. Agarró la mano de quien gentilmente se lo ofrecía y con voz temblorosa le dijo: _ ¿dónde están mis hijos? La enfermera le contestó, poniéndole una mano en la frente: _ Ellos están bien, te esperan.
Le habían extirpado una parte de su cuerpo, pero podría sobrevivir sin ella. Sólo temía los resultados posteriores y el tratamiento agresivo.
Se abrazó a sus hijos llorando de alegría, una alegría incalculable porque los había vuelto a ver.
un post muy bello y sensible. me encanta.
ResponderEliminarbesos
Rezumas sensibilidad y cariño.
ResponderEliminarUn abrazo
esperemos que le vaya bien
ResponderEliminarQué tierna vivencia, por desgracia muy cotidiana, nos has traído hoy. He podido sentir lo mismo que ella, su miedo y su necesidad de huir de esa pesadilla.
ResponderEliminarMe gustó este texto, y mucho.
Un abrazo.
Precioso texto lleno de sentimientos y cariño
ResponderEliminarUn abrazo
Y lo que hace falta es que los siga viendo después de reponerse y de los tratamientos post-operatorios si los hay. Y, si puede ser, que vea también a los que estén por venir. Para que la historia termine con un final feliz y con la certeza de que de vez en cuando se le gana la batalla a la enfermedad y a los dolores.
ResponderEliminarUn beso fuerte!
Uffffffffffffffff, lo has descrito tan tan bien que te aseguro que un escalofrio ha recorrido mi espalda (experiencias personales que no vienen al caso) Los hijos otorgan una fuerza y vitalidad que ninguna medicina en el mundo puede ofrecer.
ResponderEliminarun saludo princesa
Los médicos dicen que la disposición del paciente es la mitad de la cura. Y en este caso los hijos daban esa predisposición.
ResponderEliminarSalió bien y eso es lo que cuenta.
Y con años por delante para dejar eso de lado, que no olvidar. Nunca se olvidan esas cosas.
Lo describes con un realismo que apabulla.
Un beso
Maravilloso relato con final feliz.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos amiga, Montserrat
Nos has hecho sentir esa angustia que ella sintió, a veces tenemos más miedo a cerrar los ojos y no volver a abrirlos que a la misma enfermedad. ha de ser un momento muy duro. Muy bien descrito Princesa, sólo espero que la paciente se encuentre bien y que en las siguientes revisiones todo esté perfecto.
ResponderEliminarEres muy sensible y tierna, muchos besos para tu alma.
Hay alegrías que aunque se intente no se pueden describir con palabras...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Me ha gustado mucho leer las emociones , positivas y negativas, de una persona que está enferma y va a ser operada, sus miedos, sus expectativas, su conformismo...
ResponderEliminarY...visto desde la otra parte, la del que diagnostica y trata, me da una visión que no quiero olvidar.
Gracias y un saludo Á.
Hola querida princesa , me ha encantado esta entrada que rebosa de ternura y emociona.
ResponderEliminarEn esos difíciles momentos de la vida , el miedo congela las propias venas , pero siempre existe una fortaleza interior que te hace luchar , unos remos donde sujetarte , sus hijos.
Me ha gustado el realismo con que lo cuentas ,te hace sentirlo.
Buen fin de semana.Un Abrazo afectuoso.
Hola Princesa, me alegro mucho al volverte a vernos, la verdad es que veo que estás muy inspirada. Escribes tan bién y sensible. Espero que estés bién de salud, familia,... Besines desde Cataluña de Noemí.
ResponderEliminarMuy bello texto cielo mucha ternura hay en el
ResponderEliminarme alegro que mi musica te haga pasar buenos ratos
un beso corazon
Los hijos son la mejor terapia y medicina para salir hacia delante. Muy bien descrita la situación.
ResponderEliminarSaludos.
Buen texto.
ResponderEliminarMuy bien descriptos, la angustia del trance, y la alegrìa posterior.
Muy buenas imagenes. Me gustò.
Un abrazo.
Amiga, simplemente entrañable ésta historia con un final feliz para todos, me encantó Princesa, un abrazo soleado hija, jejej.
ResponderEliminarOlá Amiga Princesa,
ResponderEliminarNão podia deixar de vir aqui dar-te um olá e dizer-te que fico feliz pela tua força de querer e vencer os desafios.
É muito bom quando vemos os nossos Amigos Activos, de Bem. É Bom!
Estou a fazer uma visita à minha Tia, que está internada em Gaia, e neste intervalo vim aqui desejar-te um excelente final de semana.
Um abraço e até sempre,
José Gonçalves
(Guimarães)
Muy bien Princesa triste!!
ResponderEliminarEsa es la vida de muchos enfermos, estar en una sala de reanimación es algo muy lubrega, parece que allí no haya un corazón que lata con amor, y encambio el amor está a rebosar. Cuantas veces he llorado al pie del cabezal de la cama de mi paciente, con cáncer que no le han podido reseccionar y tiene los meses contados y ella pregunarme¿Señorita me lo han quitado todo, dígame la verdad? y la enfermera se arma de valor para ir a otro tema, pero te vas con esa pregunta todo el día en el centro de tu alma que está encojida de tristeza.
Lo has redactado maravillosamente, te cedo mi uniforme de enfermera jaja!!
Con ternura
Sor.Cecilia
Un crudo momento el que nos narras hoy, sin embargo, con una gran belleza y sensibilidad. Está muy escrito y muy bien descrito. Enhorabuena Princesa.
ResponderEliminarEstremecedor relato. Me has impresionado.
ResponderEliminarHola reltih
ResponderEliminarGracias por tu visita y espero que te haya gustado.
Un abrazo
Hola Mercedes
ResponderEliminarUna historia así siempre se tiñe de cariño y sensibilidad. Ell sólo quería despertar para poder ver de nuevo a sus hijos.
Besos
Hola Noelplebeyo
ResponderEliminarClaro, todas las historias tiernas tienen un final feliz, sólo que ese miedo ya no se lo quita nadie del cuerpo.
Besos
Hola Mercedes Pinto
ResponderEliminarEs una situación bastante desagradable y por tanto se debe pasar bastante miedo.
No fue nada grato lo que le ocurrió, pero tiene un final feliz.
Besos
P.D._Suerte y te espero, no tardes
Hola MIESFE
ResponderEliminarGracias por comentar y espero que te haya gustado, aunque es un poco triste pero con final feliz.
Saludos
Hola Jota
ResponderEliminarTú te estas cuidando??, jaajaj.
Pues es muy importante el ánimo con que encares la enfermedad, con las ganas que tengas de salir hacia delante, eso te hace superarlo...así se le gana la batalla.
Un beso fuerte!!!
Cuídateeeeeeeeeeeeeeee
Hola Carlos.
ResponderEliminarGracias por compartir tu opinion.
Los hijos son el tesoro más grande que puedan tener unos padres y yo creo que a ella le ayudó mucho pensar en el hijito pequeño que dejaba en casa.
Un beso y de nuevo gracias por comentar
Gracias Parkerazul
ResponderEliminarEso es lo que le impulsó, la predisposición y las ganas de volver a ver y tener a sus hijos con ella.
Los años pasarán, pero pienso que eso nunca se olvida, lo aceptas.
Un beso guapa.
Hola Montserrat
ResponderEliminarSi, el final fue feliz y sólo le queda olvidar ese mal rato.
Besos
Hola Cipriano
ResponderEliminarGracias por tus palabras, siempre llenas de ternura y cariño. Eso me ayuda a seguir.
Los peores momentos de una intervención, creo que es cuando estás despertando y no sabes que ha pasado. Ella no quería cerrar los ojos porque en su interior estaba la duda de no despertar más. Y aunque le pesaran enormemente, luchaba por no cerrarlos.
Un beso grande para ti poeta
Hola sonrisa
ResponderEliminarEs cierto lo que dices. La alegría debe ser inmensa, cuando despiertas y ves que todo ha pasado, vuelves con los hijos y sólo queda recuperarse.
Gracias por comentar
Besos
Hola Ángeles.
ResponderEliminarCreo que lo mejor en esos mementos es tener pensamientos positivos, nunca rendirse y luchar por volver.
Aunque la angustia es evidente, porque nunca sabes lo que ocurrirá cuando sales del quirófano.
Gracias por comentar
Besos
Hola Vicky
ResponderEliminarGracias por tus palabras tan bonitas hacia este relato.
En estos momentos difíciles de la vida, lo único que se debe pensar es en los hijos que dejas en casa y creo que es la fuente de energía que poseía.
Un beso y seguimos
Hola Noemí, te echaba de menos pero ya al fin estás por aquí.
ResponderEliminarYo también me alegro de verte y de poder contemplar tus bonitas fotografías.
Gracias por esas palabras tan bonitas que me dedicas.
Un beso fuerte
Hola Luna
ResponderEliminarTu música me hace redordar algunos momentos vividos y en otras ocasiones, al no conocerlas, pues aprendo contigo.
Gracias por tus palabras
Que tengas un buen domingo
Besos
Me has emocionado amiga, escribes con un gran sentimiento, a veces en la vida pasamos por momentos de inquietud, me alegro todo haya sido perfecto.
ResponderEliminarun placer pasar a leerte.
feliz semana.
un abrazo.
Hola Jesús
ResponderEliminarEsa fue la terapia más importante,los hijos. Gracias a ellos remontó.
Besos y gracias por comentar
bello texto amiga... cuanto desborde emocion de sentimientos... claras sensacones que llegan al unir emociones que tocan elcorazon....
ResponderEliminarlindo
saludos
abrazos
linda semana
Hola El Gaucho Santillán, me alegra tu visita a este pequeño blog donde es mi rincón para expresar y comunicarme.
ResponderEliminarSi,la angustia se ve reflejada claramente, ese no querer dormir porque pensaba que no iba a despertar. Después todo termina bien...me gustan las historias con final felices.
Un abrazo
Hola Conchi, paisana
ResponderEliminarMe encanta que te haya gustado y te doy las gracias por tus palabras.
Solecito, ehhh??? Y no veas el día tan bonito que ha hecho, verdad?
Bueno te dejo un beso enorme
Hola Alexander
ResponderEliminarGracias por tu visita y las bellas palabras que dejas por aquí.
Son reflexiones muy bonitas y llenas de ternura.
Espero tengas linda semana también
Besos y sonrisas
Hola José
ResponderEliminarLas fuerzas se la dieron sus hijos, esa gran alegría de poder verlos de nuevo. Tenía que cuidarlos, ellos necesitan una madre y esa era su máximo objetivo.
Espero que tu tía esté bien.
Gracias por pasar a dejarme un saludo, yo también te deseo buen fin de semana.
Besos a todos
Hola Sor Cecilia amiga
ResponderEliminarNo, no me cedas la bata de enfermera, sé que no sirvo para eso...demasiado sensible para poder consolar a los enfermos, terminaría llorando con ellos.
El pero momento es la sala de reanimación, al menos para mi y ese querer despertar y no querer dormir por miedo, es muy angustioso.
Sigue ayudando a esos enfermos porque tú si que lo haces bien.
Besos
Hola Marcos, sinatrista.
ResponderEliminarMe alegro de que ta haya gustado, eso me anima
Es triste pero es la realidad de la vida. Parece que nunca nos va a tocar, pero ocurre.
Un beso y cuídate mucho
Hola Rosa
ResponderEliminarGracias por comentar y esa palabras que dejas en mi blog, te lo agradezco mucho
Que pases un buen domingo y linda semana
Besos
Hola Ricardo
ResponderEliminarGracias por esas palabras tan lindas que me dedicas.
La vida tiene esas cosas, momentos de lucha pero no sólo en las enfermedades, también se enferma en ocasiones el alma.
Linda semana también para ti
Besos y cuídate
Hola Poeta del cielo
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar, sabes que eso ayuda .
Mi relato quizás haya sido algo triste, pero he querido reflejar lo que una madre pasa cuando tiene un cancer y unos hijos pequeños esperándola en casa.
Linda semana
Un abrazo
Relato realista y escalofriante, muy bien construido, amiga.
ResponderEliminarTe felicito. feliz fin de emana.
Besos. María
Yo he pasado por eso en dos ocasiones y en situaciones distintas.
ResponderEliminarUna, me operaron a mí, el día 23 de diciembre. Cuando salí del quirófano sólo quería buscar a mi madre. Y tenía pues treinta y largos eh. Pero mi madre, que estaba mala y no podía estar allí, me era necesario, y cuando salí, pues la llamé, necesitaba escuchar su voz. Las madres quieren a sus hijos, pero los hijos queremos mucho también a nuestras madres.
Luego, fue mi hermana, un dos de enero. Mi madre tampoco podía estar allí. Pero estaba yo. Y se lo dije, no me voy a despegar de la puerta, cuando salió y se despertó lo primero que vio fue a su médico y una prima mía enfermera y a mí cuando entré.
Tenemos que estar al lado de nuestros familiares y amigos cuando nos necesitan. En esos momentos difíciles, la cercanía, que te cojan la mano, que te miren, que te mimen, que te escuchen, es la mejor medicina :)
Hola María
ResponderEliminarPor desgracia es real.
Gracias por tus amables palabras.
Buen domingo y linda semana
Besos
Hola Alfonso
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. La mano de una madre, hermano, esposo, hijo...es muy necesaria. Su voz tranquiliza y te da sensación de que todo ha pasado.
Cuando te despides de los familiares hasta que vuelves a estar con ellos se pasa fatal, es una sensación difícil de explicar y pienso que sólo la puede sentir quien la ha vivido.
Gracias por dejar tu testimonio
Un saludo
muchacha, qué haces que no has asomado la patita en todo el domingo??
ResponderEliminarBesos!
Jotaaa, dónde estás?
ResponderEliminarNos hemos cruzado en el camino y no nos hemos visto. Yo en tu casa y tú en la mía. Si o que??
jajaja.
Besitos!!
Pues yo estoy donde siempre, en mi fortín, jajaj, pensando que ya mañana es fucking lunes y en todo lo que tenía que hacer para este fin de semana y que no he hecho por pereza o por haber hecho otras cosas, jejeje.
ResponderEliminarPues nada, a ver cómo se da mañana, que cada domingo me da por pensar que tengo que cambiar de vida, jajaja.
Besos!
Hola, Princesa:
ResponderEliminarEl amor por nuestros seres queridos nos da la fuerza necesaria para reponernos de los golpes y sortear los obstáculos.
Gracias por visitarme,
abrazos.
Jota...no me puedo creer que seas un perezoso como la mitad más uno de la población?, jajaj.
ResponderEliminarVenga ea!! que pases linda semana y vivan los tontos.
Besitos...piruletas?
Hola Rafael
ResponderEliminarGracias a ti por visitar nuevamente mi rincón, me halaga.
Nuestros seres queridos y especialmente los hijos, nos dan fuerza para todo, para solventar esos problemas que la vida nos depara.
Un abrazo
REalmente hay que vivirlo para sentirlo y tambien el despertar del amor a la VIDA!!!!!
ResponderEliminarGracias por siempre estar!!!!
Te deseo una semana de ensueño
Cariños
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Frase de la semana: "Miro el presente porque es donde pasaré el resto de mi vida."
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En lo personal creo que es importantes construirse un presente acorde a nuestros sentires no????
Un relato muy emotivo y sensible. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso,
Luis.
Hermoso relato que describe la angustia no tanto a operarse, sino a no ver más a sus hijos, de ahí, supongo que la primera pregunta post.operatorio fué preguntar por ellos. Ella tuvo suerte. Le extirparon una parte de su cuerpo pero fuera, aguardándola, la vida y sus hijos. No siempre acaban así esas historias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gacias Luis por tu aportación, por tus comentarios en mi blog y por siempre estar.
ResponderEliminarBesos
Hola Pepe.
ResponderEliminarSi, tuvo suerte porque el amor de sus hijos hizo que ella luchara mucho, pero, como tú bien dices, no todas las historias terminan así...por desgracia.
Un abrazo muy fuerte