Una carta para mi padre

Querido papá :



Ayer celebramos el cumpleaños de mamá. Estaba feliz, la sonrisa de su boca no desaparecía y creo que por una vez, desde hace mucho tiempo, se enteró de que cumplía 85 años.


Estuvimos todos, bueno los de siempre…ya sabes que uno de ellos siempre falta a las reuniones.


Lo organicé yo porque estoy pensando en la felicidad de mamá y ella sólo es feliz si estamos todos juntos.


Pero durante todo el día te eché de menos, me acordé mucho de ti, de nuestras cosas.


Ayy papá cuánta falta me haces!!!


Cuando te sentabas en tu sillón preferido yo te agarraba de un brazo y apoyaba mi cabeza en tu hombro y en silencio podíamos estar mucho tiempo. Sabías que algo me pasaba, sabías que algo me preocupa, pero tú como siempre tan prudente no preguntabas, sólo me ofrecías el cariño, la protección que necesitaba.


Y ahora esa paz, ese cariño lo necesito, pero ya no estás, aunque en mi corazón siempre estarás.


Hace ya veinte años que faltas, pero todos los días te pienso, te echo de menos y más ahora que mi vida no pasa por los mejores momentos.


Quisiera poderle contar a mamá todos mis problemas, pero su pobre corazón ya no da para más y sé que podría ser muy perjudicial para ella.


Durante tus últimos años de vida, siempre íbamos juntos a todas partes…lo recuerdas?


Me oías levantar y corriendo te ponías el abrigo para venirte conmigo y hacer los recados que teníamos pendiente…sin mediar palabra ibas hacia la puerta y allí me esperabas.


En el coche hablábamos mucho, nos contábamos nuestras cosas y allí fue cuando nuestros lazos se unieron aún más.


Siempre fui tu ojito derecho, ya lo sé y por ello muchos de mis hermanos me tenían envidia, pero yo era la pequeña, la que más tiempo estuvo contigo, la que te llevaba al médico y la que te escuchaba sin pedir explicaciones.


Recuerdas cuando nació María? Se lo contaste a todos, amigos, vecinos, comerciantes, etc.…y alguno de mis hermanos o cuñados te dijeron: “pero si no es el primer nieto!!!” y tú decías: _ pero de ella si.


Gracias papá por tanto amor como me diste, por tanta protección como recibí de ti y sólo te pido que desde donde estés sigas apoyándome en todo porque lo necesito.


También te pido perdón por no poder verte en los últimos momentos de tu vida…no podía soportar verte llenos de cables y sufriendo…lo siento papá.


Te quiero muchísimo.


Tú hija (la benjamina como tú me decías)